Cocinar con alimentos de kilómetro 0: un estilo de vida más sostenible
Consumir menos y con sentido ecológico es un capítulo con diversas vertientes en la vida doméstica. Los alimentos de kilómetro 0 se han convertido en un modo inteligente de practicar sostenibilidad aplicada a las materias primas que necesitamos para elaborar menús a diario. Son excelentes aliados para favorecer una cocina no solo sana para ti. También para el medio ambiente.
A menos de 100 kilómetros de casa

Frutas, verduras, hortalizas, legumbres, carnes… Son muchos los productos de la cesta de la compra que pueden considerarse alimentos de kilómetro 0. Se denominan así porque tienen en cuenta la proximidad de su producción y el destino final donde serán consumidos, la mayoría de las veces cocinas actuales donde se elaboran menús caseros a diario. Suponen una forma diferente de concebir la alimentación, muy ligada a los principios que reivindica el movimiento italiano Slow Food surgido en los años 80: desarrollo sostenible, ecologismo, biodiversidad, comercio justo y un compromiso ético con los agricultores de este tipo de materias primas sin las que es difícil disfrutar de recetas saludables, recolectadas en pequeños campos de cultivo.
Con los alimentos de kilómetro 0 la cocina en las viviendas contemporáneas se vuelve más ecológica y respetuosa con el planeta por diferentes razones. Las mercancías solo pueden ser transportadas a un radio máximo de 100 kilómetros de distancia hasta donde son entregadas, sin mediación de distribuidores. Gracias a esta forma de adquirir productos la huella medioambiental es mucho menor. El coste de atravesar océanos y continentes desaparece y a cambio se propicia un transporte más moderado, con un consumo energético bajo.
Cocina local y además de temporada

Cuando los alimentos de kilómetro 0 entran en las cocinas contemporáneas también se favorece la economía próxima a la ciudad donde vivimos. De repente es posible recuperar para nuestros recetario culinario materias primas autóctonas que teníamos un tanto olvidadas, como ciertos vegetales, a favor de los productos que son fáciles de comprar en las grandes superficies. Y con ello contribuir a favorecer su conservación.
El hecho de cocinar con alimentos de kilómetro 0 implica disfrutar de ingredientes frescos y naturales, sin apenas tratamientos químicos para alargar artificialmente su vida o mínimos, respaldados por una serie de normativas sanitarias europeas.
Otro denominador común es que son de temporada. Sin duda una excelente oportunidad para rescatar platos puramente estacionales que encajan con propiciar en casa un modelo alimenticio saludable más variado y rico en sabores. Al mismo tiempo un calendario estacional nos hará comprender mejor lo costoso que resulta degustar frutas y verduras fuera de su época de recolección cada vez que vamos al mercado o a una gran superficie.
Una cesta de la compra sin derroches

La iniciativa de comprar alimentos de kilómetro 0 es una corriente en alza en las grandes ciudades, consolidada también en el sector de la restauración comprometida con el medio ambiente. En España, el 70% de los españoles ya los prefiere según un estudio reciente sobre preferencias de consumo. Ayuda a concienciarnos sobre una realidad preocupante: que la continuidad de los recursos naturales para la población es cosa de todos, y de ahí la necesidad de fomentar un consumo más responsable y sin menos desperdicios. Tal y como los que generan este tipo de productos, mucho más cerca de casa de lo que imaginamos. Nada como conocer el origen de lo que comemos, y este estilo de vida lo pone al alcance.