La magia del open concept o los espacios diáfanos
En el interiorismo doméstico actual los espacios diáfanos son tendencia. Como un excelente síntoma de que las viviendas contemporáneas se abren a otras fórmulas de concebir sus ambientes. Cada vez más libres y comunicados entre sí, donde es más fácil compartir momentos y disfrutar de atmósferas que fluyen. Un concepto innovador, a medio camino entre la decoración y una nueva forma de habitar.
Más momentos para compartir

Espacios diáfanos nacidos para ser flexibles y multifuncionales. Son las coordenadas de esta tendencia decorativa también conocida como open concept. Arquitectos e interioristas se decantan cada vez más por este nuevo planteamiento de la distribución, sobre todo ante proyectos de reformas integrales. Su objetivo es claro: trazar escenarios abiertos para uso común, sin apenas barreras arquitectónicas o con soluciones que favorecen la circulación de la luz natural y potencian la sensación de amplitud. Espacios diáfanos que a veces pueden abrirse o cerrarse a nuestro antojo mediante paneles móviles o ligeras divisiones y disfrutar así de esa privacidad que todos buscamos en determinados momentos.
Las viviendas pequeñas también se han apuntado a esta corriente que facilita acabar con un exceso de habitaciones compartimentadas que empequeñecen aún más unas discretas dimensiones. Los tabiques se derriban para crear espacios diáfanos, especialmente en la zona de día. Son el núcleo vital de la casa, y propician un mayor sentido de la convivencia. En ellos las actividades cotidianas parecen estar más compartidas y se viven más en familia o con los amigos.
Cocinas que hablan con el salón

Las cocinas fueron las primeras en acogerse al concepto open concept. Abiertas al salón han dado como resultado espacios diáfanos rebosantes de vida y tremendamente cautivadoras en su puesta en escena. Su mobiliario y sus materiales cobran un especial interés, al igual que sus formas, de líneas puras, y sus acabados, fáciles de coordinar. Ellos son clave para lograr una unidad estética que se apodera del conjunto de forma sutil, luciendo un look cosmopolita. A veces encimeras porcelánicas que conectan visualmente con el resto del ambiente con una indiscutible personalidad. O bien islas de trabajo revestidas de granitos y mármoles de elevada tecnología, como elementos de transición al salón de gran fuerza estética.

Ante el éxito de esta manera de entender las cocinas, otras estancias de las viviendas contemporáneas han tomado el relevo. Ya es una realidad que este mismo concepto se aplica en el baño para integrarse totalmente en el dormitorio principal. Y también en áreas de descanso que encuentran su lugar comunicadas con salones. El resultado final siempre se repite: espacios diáfanos llenos de confort y repletos de magia.
